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viernes, 28 de diciembre de 2012

EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA DE LOS GÉNEROS LITERARIOS



Aristóteles fue el primer teórico que llevó a cabo el intento de clasificar la poesía según criterios de contenido (por el asunto) y de forma (dramática, narrativa o épica).
Horacio añade a esta clasificación que los géneros son entidades distintas que hay que mantener rigurosamente separadas. Así, cada género tendrá el tono adecuado según combine el contenido con su forma correspondiente. No se permite la fusión de géneros distintos.
A partir del siglo XVI, en el Renacimiento se produce una proliferación de poéticas y la novedad es la tripartición de los géneros literarios (poesía dramática, narrativa y lírica). Esto se debe a que los retóricos se ven obligados a englobar una serie de obras que no correspondían a los anteriores géneros. Esta distinción se realizaba a través de la persona del poeta:
a) La poesía lírica caracteriza aquellas obras en las que la persona del poeta interviene directamente.
b) La poesía épica o narrativa es un género mixto, ya que se combina la intervención del poeta con la de los propios personajes.
c) La poesía dramática es aquella en la que no interviene el poeta, sino que lo hace a través de otros personajes.

En el Renacimiento lo que se experimenta es el debate de distinción de los géneros literarios, los cuales se dividen en subgéneros, existiendo excepciones que no siguen los caracteres genéricos indicados, sino que hace una mezcla de todos, como por ejemplo La Celestina, obra en la que se mezcla lo trágico y lo cómico.
Esta tendencia al hibridismo se manifiesta sobre todo en el Barroco (siglo XVII), la cual viene determinada por las propias características del arte de la literatura barroca (desconfianza de reglas, libertad artística,...), lo que determina una tendencia a la mezcla, a la fusión de géneros.

Además aparece la idea de concebir el género como una entidad histórica, es decir, que admita posibilidades de cambio, evolución, incluso desaparición. Ahora existe un concepto más flexible de género literario. En este sentido aparecen también géneros nuevos o evolucionados a favor de ese liberalismo; como la novela bizantina (procedente de las literaturas griega y bizantina) la cual se cultiva a finales del siglo XVI y principios del XVII, son narraciones realistas que se convierten en géneros en los que todo tiene cabida; en ellos aparecen reflexiones morales, narración, teatro,... generando un efecto anticlásico.

En el siglo XVIII se recupera de nuevo la concepción clásica del género literario desde el punto de vista del clasicismo; de ahí que se llame Neoclasicismo. La novedad neoclásica es que recupera la distinción de forma rigurosa y establece una teoría jerárquica de los géneros literarios; asís e distinguen los géneros mayores (tragedia y épica) y los géneros menores (comedia y subgéneros como sainetes, canciones, lírica tradicional,...), lo que implica una evaluación de las obras literarias. Además, se insiste mucho en que los géneros literarios son inmutables, eternos y que el fin de la literatura es la de enseñar, para lo que se necesitan reglas, surgiendo así las academias para evitar el hibridismo del Barroco.

En definitiva, defienden la concepción clásica de los géneros literarios. En una visión tan reglada de la literatura, la obra no se examina en sí misma, sino que se analiza su valor en la medida que siga las normas, y esto no podía durar mucho; por lo que el Romanticismo responde contra esto, siendo un período en el que se va a defender la libertad artística (hibridismo genérico). Así nos encontramos con Comwell de Víctor Hugo, obra de teatro cuyo prólogo se considera uno de los manifiestos más importantes del Romanticismo, donde se defiende lo grotesco desde el punto de vista estético. La expresión artística romántica se puede entender como la conjunción de los extremos.

También aparece como novedad el intento de distinguir los géneros literarios apelando a criterios de tipo filosófico; de hecho, Hegel en su estética distingue los géneros literarios no usando criterios formales, sino a partir de la dialéctica, de la relación del sujeto y el objeto (distinción moderna que seguimos utilizando en la actualidad). Así, Hegel distingue entre:

a) Lírica. Es el género subjetivo.
b) Épica o narrativa. Es el género objetivo.
c) Dramática. Es una especie mixta que muestra tanto la subjetividad como la objetividad del sujeto, del autor.

A partir del Romanticismo, empiezan a usarse otros criterios para la clasificación de los géneros literarios, como a partir de la temporalidad en filosofía:

a) Lírica. Género que se considera al presente.
b) Épica o narrativa. Género que se considera al pasado.
c) Dramática. Género que se considera al futuro.

El Romanticismo da paso al Realismo, cuya ideología filosófica es el Positivismo, en la que Brunetiére es el encargado de desarrollar una teoría de los géneros literarios.

Contra esta corriente determinista, reacciona el período antipositivista del siglo XIX con Benedetto Croce, el cual se preocupa de estudiar la literatura desde una expresión individual desarrollando la estilística, que demuestra que la obra literaria siempre es la expresión de un individuo, desapareciendo el carácter evolucionista. A partir de ahora la obra va a ser examinada individualmente, con estilo propio; no se intenta encuadrarla con el género que le corresponde.

La poética moderna retoma el tema de los géneros literarios, concretamente Jackobson hace una clasificación partiendo de la situación comunicativa:
a) Lírica. Predomina la función emotiva.
b) Narrativa. Predomina la función referencial.
c) Dramática. Predomina la función apelativa.

Actualmente lo que interesa de los géneros literarios son dos aspectos:
1. - La distinción clara entre formas:

a) Géneros naturales. Entidades consustanciales a la expresión literaria. Son: lírica, épica o narrativa y dramática.

b) Géneros históricos. Corrientes literarias relacionadas con los géneros naturales que se dan en un período concreto y van evolucionando, como por ejemplo la novela pastoril, la picaresca,...

2. – Desde una perspectiva filosófica: intentan explicar cómo las formas son los medios del ser humano para poder expresar la dualidad intimidad-alteridad. Esto es la experiencia personal que siente la necesidad de expresarse, ya sea del propio autor, como de alguien ajeno a él. La intimidad conlleva a la utilización del género lírico mientras que la narrativa tiende a la expresión de la alteridad.

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